martes, 10 de noviembre de 2009

Joseph perdio a Aurora y aun le resta toda la eternidad para vivir sin ella.

Derrepente la càmara filmò imàgenes degradadaz que
destrozaban el puño de mis iluciones,
y tu cuerpo junto al mìo quemaba como un atardecer sin tì.

Bello manto de fuego diàfano,
que marcaba la sombra de tus jugosos senos,
y agonizantemente, te fuiste envolviendo en mi.

la piel blanquisima rozando seductoramente el pecho
como fino terciopelo, me hacia reir
pero valiente dije al fin:
Te amo, Aurora- con una lagrima escurriendo por mi nariz..
y sin decir nada besabas poco a poco mis frios labios,
y en ese instante pude sentir
tu corazon aun vivo, latiendo para mi.

La lente se empaño un poco,
pero facilmente presencie el sublime contoneo de tus caderas
y el magico perfume que derrochaba tu ser.

Embriagadora princesa de las Tinieblas
yo jamas te quise perder.